¿Te pasa que a veces querés disfrutar de un buen plato de pasta 🍝 pero sin sentirte pesado después? La pasta de calabacín con pesto de albahaca es la solución perfecta: ligera, nutritiva y con todo el sabor fresco del Mediterráneo. Este plato no solo es fácil de preparar en casa, sino que además te permite sumar más vegetales a tu dieta de una forma deliciosa.
Hoy vamos a ver cómo transformar un simple calabacín en “espaguetis” con la ayuda de un espiralizador o un pelapapas, y cómo combinarlos con un pesto casero lleno de aromas y nutrientes. Además, te comparto variantes, tips de cocción y acompañamientos para que nunca te aburras de esta receta. 🌱
🥗 Ingredientes (2 porciones)
Para la pasta de calabacín:
- 2 calabacines medianos (aprox. 300 g cada uno), lavados y con piel.
- 1 cda de aceite de oliva extra virgen.
- 1 pizca de sal marina y pimienta negra recién molida.
Para el pesto de albahaca:
- 40 g de hojas frescas de albahaca.
- 40 g de piñones (podés usar nueces o almendras como alternativa).
- 60 ml de aceite de oliva extra virgen.
- 1 diente de ajo pequeño.
- 40 g de queso parmesano rallado fino (para versión vegana, sustituir por levadura nutricional).
- 1 pizca de sal y jugo de ½ limón.
🍳 Preparación paso a paso
- Preparar la pasta de calabacín: Usá un espiralizador para hacer “espaguetis” con los calabacines. Si no tenés, un pelapapas te dará cintas más anchas, tipo tagliatelle.
- Secá bien los “fideos” con papel de cocina para evitar exceso de agua.
- Calentá una sartén amplia con 1 cda de aceite de oliva. Salteá los calabacines a fuego medio-alto por 2-3 minutos. Deben quedar tiernos pero con un punto crujiente.
- Preparar el pesto: En un procesador de alimentos, colocá la albahaca, piñones, ajo y queso parmesano. Procesá mientras añadís el aceite de oliva en hilo hasta lograr una crema espesa. Ajustá con jugo de limón, sal y pimienta.
- Mezclá la pasta de calabacín caliente con el pesto y serví inmediatamente. 🌿
🌟 Beneficios nutricionales
- Bajo en carbohidratos: el calabacín aporta solo 3 g de carbohidratos por cada 100 g, ideal para quienes buscan reducir harinas (NHS).
- Rico en antioxidantes: la albahaca y el aceite de oliva extra virgen contienen compuestos bioactivos que favorecen la salud cardiovascular (Harvard Health).
- Grasas saludables: los frutos secos del pesto aportan ácidos grasos insaturados que ayudan a mejorar el perfil lipídico en sangre.
🔄 Variaciones y sustituciones
- Versión vegana: sustituí el parmesano por 2 cdas de levadura nutricional.
- Proteica: agregá 100 g de pechuga de pollo grillada o garbanzos cocidos.
- Más color: combiná calabacín verde y amarillo para una presentación vibrante.
- Sin frutos secos: usá semillas de girasol o de calabaza en lugar de piñones.
💡 Tips prácticos de cocina
- El secreto está en no cocinar demasiado el calabacín. Apenas unos minutos bastan, de lo contrario se ablanda y suelta agua.
- Si hacés mucho pesto, guardalo en un frasco de vidrio cubierto con una fina capa de aceite de oliva en la heladera por hasta 5 días.
- Congelar no es lo ideal, ya que la textura de la albahaca cambia. Mejor prepará pesto fresco en cantidades pequeñas.
- Un chorrito extra de jugo de limón realza los sabores y ayuda a mantener el color verde intenso del pesto. 🍋
🍽️ Acompañamientos ideales
Este plato funciona muy bien como plato principal en una cena ligera, pero también podés acompañarlo con:
- Una ensalada fresca de rúcula, tomate cherry y queso feta.
- Un pan integral tostado con ajo, si querés algo más contundente.
- Un vaso de agua saborizada con rodajas de pepino y menta para potenciar la frescura.
Si no tenés espiralizador, probá con un simple rallador de mano: obtendrás tiras finas de calabacín que funcionan igual de bien como “pasta”.
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