Compararnos es humano. Pero cuando lo hacemos de forma constante, empezamos a dudar de nuestros avances, nuestros tiempos y hasta de nuestro valor. Recordá: tu proceso es único, y no tiene por qué parecerse al de nadie más.
Vivimos rodeados de estímulos que muestran “vidas perfectas”, avances rápidos y logros impecables. Pero esas comparaciones suelen ser injustas. Porque no vemos el detrás de escena. Y porque cada persona arranca desde un punto distinto, con distintas herramientas y desafíos.
🌀 ¿Por qué nos comparamos?
- Buscamos referencias externas cuando nos falta confianza interna.
- Idealizamos lo ajeno y subestimamos nuestro propio progreso.
- Confundimos inspiración con presión: lo que debería motivarnos termina estresándonos.
📌 Claves para mantener tu foco
- Revisá tus logros: hacé memoria de dónde empezaste y cuánto avanzaste.
- Limitá el tiempo en redes: especialmente cuando te sentís vulnerable.
- Transformá la comparación en curiosidad: “¿Qué puedo aprender de esto?”
- Enfocate en tu progreso, no en la velocidad: el ritmo que cuenta es el tuyo.
Cuando dejás de mirar al costado, conectás con lo más importante: vos. Tu historia, tu fuerza, tu camino.
No estás atrasado ni adelante. Estás justo donde necesitás estar para crecer.
Visitá mi tienda oficial y descubrí más ebooks y recursos saludables.
