Comer saludable en casa no tiene por qué ser aburrido, repetitivo o complicado. Muchas veces creemos que para alimentarnos bien necesitamos hacer recetas complejas o comprar ingredientes exóticos, pero la realidad es que con creatividad y planificación, se puede lograr mucho con lo que ya tenés.
La clave está en variar texturas, colores, condimentos y métodos de cocción. Así, tus comidas se vuelven nutritivas, sabrosas y visualmente atractivas… algo que también influye en cómo las disfrutás.
Además, cocinar en casa te da el control sobre los ingredientes, las cantidades y los nutrientes. Y cuando lo hacés con ganas, puede convertirse en un momento de autocuidado.
💡 Tips para evitar el “modo automático”
- Planificá con variedad: alterná proteínas (huevo, legumbres, carnes, tofu), vegetales crudos y cocidos, y tipos de granos.
- Tené condimentos clave: curry, pimentón, comino, cúrcuma, hierbas frescas, limón, mostaza. Marcan la diferencia.
- Usá técnicas distintas: al horno, salteado, vapor, crudo, wok, grill. Cambiá la textura, cambia el plato.
- Prepará una base y reinventala: cociná arroz integral y usalo un día con vegetales, otro con huevo, otro en ensalada fría.
🍴 3 ideas simples y sabrosas
- Bowls nutritivos: una base (quinoa, arroz o legumbres), vegetales de colores, proteína y una salsa casera.
- Pizzetas de vegetales: base de berenjena o zapallito, salsa de tomate, queso y toppings como aceitunas o champiñones.
- Revuelto power: salteá vegetales con huevo o tofu, agregá semillas y serví con tostadas integrales.
Comer saludable también es disfrutar. Y cuando te inspirás, descubrís que hay cientos de formas de nutrirte bien sin repetir ni complicarte.
Cocinar para vos también es una forma de quererte. Animate a crear, experimentar y encontrar tu propio estilo saludable.
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