Fracasar no es el final del camino. Es parte del camino. Es una señal de que lo estás intentando, de que te estás moviendo, de que estás apostando por algo.
Muchas veces se ve al error como algo que “atrasa”. Pero lo que más atrasa es no aprender, quedarse quietx o rendirse ante la primera caída. Cada intento fallido tiene una enseñanza, y cada reinicio suma experiencia.
🧩 ¿Por qué el fracaso incomoda tanto?
- Porque lo asociamos con debilidad o incapacidad.
- Porque vivimos en una cultura de éxito rápido y visible.
- Porque nos olvidamos que los procesos reales son irregulares.
🛠️ Cómo transformar el fracaso en motor
- Redefiní tu idea de progreso: no es solo avanzar, también es aprender.
- Permitite frustrarte, pero no te quedes ahí: sentí, procesá y seguí.
- Registrá lo que sí funcionó: siempre hay algo que te dejó mejor preparadx.
- Celebrá el intento: muchos ni siquiera llegan a esa parte.
Fracasar no te hace menos. Te hace más humanx, más real, más valiente.
No tenés que hacerlo perfecto. Tenés que seguir construyendo, paso a paso, con todo lo que vas aprendiendo.