Todos atravesamos bajones. Momentos donde la motivación se apaga, las rutinas se desordenan y sentimos que retrocedimos. Pero eso no define tu camino. Recuperar el rumbo es posible, incluso si sentís que te alejaste mucho.
El primer paso es aceptar sin juzgar. No sos menos por haberte caído. No todo lo que lograste desaparece por unos días o semanas fuera de foco. A veces el cuerpo o la mente necesitan pausar para reorganizarse.
La clave está en no instalarse en ese lugar. Cuando empezás a reconectar con lo que te hace bien, todo se acomoda de a poco. Sin presiones. Sin culpas. Con presencia.
🧭 Claves para volver a enfocarte
- Hacé un “reset suave”: no intentes volver al 100% de golpe. Elegí una sola acción positiva para hoy.
- Revisá tu por qué: recordá qué te motivó a empezar. Volver al origen puede encender la chispa.
- Armá tu red: hablalo con alguien que te entienda. Compartir te conecta y alivia.
- Perdonate: un tropiezo no borra tu compromiso. Sos humano. Y eso también es parte del proceso.
🌱 Mini acciones que hacen la diferencia
- Preparar una comida nutritiva.
- Mover el cuerpo aunque sea 10 minutos.
- Ordenar tu espacio o tu lista de tareas.
- Tomarte un rato para respirar profundo y pensar con claridad.
No necesitas motivación perfecta para volver a empezar. Solo dar un paso, el más chico que puedas… y repetirlo mañana.
Recuperar el rumbo no es volver a ser quien eras, sino seguir avanzando hacia quien querés ser.
Visitá mi tienda oficial y descubrí más ebooks y recursos saludables.
