La motivación es como el clima: viene y va. Si esperás a tener ganas para empezar a cuidarte, puede que esperes toda la vida. La clave es empezar igual, sin esperar a sentirte listo.
Muchas personas creen que primero tienen que estar motivadas para actuar. Pero en realidad, la acción precede a la motivación. Cuando empezás a moverte —aunque sea de a poco—, tu cuerpo y tu mente reaccionan, y la energía aparece como consecuencia.
🚶♀️ Empezá sin ganas, pero con dirección
- Elegí un objetivo pequeño, claro y alcanzable. Por ejemplo: caminar 10 minutos o tomar un vaso de agua al levantarte.
- Creá una rutina mínima que no te abrume. Algo tan simple que no puedas fallar.
- No esperes sentirte súper motivado. Solo hacelo. Al terminar, vas a sentirte mejor (y eso es motivación real).
🧩 ¿Qué hacer cuando no querés hacer nada?
En esos días, usá el método del “mínimo viable”. Preguntate: ¿Qué es lo más simple que puedo hacer hoy por mí? Y hacelo. Aunque sea respirar profundo cinco veces o elegir una comida más liviana.
Recordá que cada pequeño paso cuenta, y no existe el momento perfecto. Empezar sin ganas es una victoria silenciosa que construye hábitos duraderos.
No necesitás estar motivado. Necesitás empezar. Con pasos cortos, consistentes y compasivos. El impulso viene después. Siempre. 🚀
Visitá mi tienda oficial y descubrí más ebooks y recursos saludables.
