Cuando hablamos de higiene personal, solemos pensar en lo básico: ducharse, lavarse los dientes, usar desodorante. Pero hay hábitos igual de importantes que muchas veces pasamos por alto y que pueden impactar en nuestra salud y bienestar.

Estos descuidos suelen estar relacionados con la rutina, el estrés o simplemente el desconocimiento. Y aunque parecen detalles menores, pueden influir en la salud de la piel, las vías respiratorias, la digestión e incluso el sistema inmunológico.

Incorporar ciertos hábitos olvidados a tu rutina diaria puede marcar una diferencia enorme a largo plazo.


🧼 Hábitos de higiene que solemos pasar por alto

  • Limpieza de la lengua: no solo combate el mal aliento, también mejora la salud bucal general.
  • Renovar toallas y esponjas: acumulan bacterias si no se cambian o lavan con frecuencia.
  • Lavar fundas de almohada semanalmente: especialmente si tenés piel sensible o acné.
  • Limpieza de cepillos de pelo: el cabello muerto y residuos de productos se acumulan fácilmente.
  • Higiene de uñas (manos y pies): una zona donde pueden alojarse bacterias sin que lo notemos.

🧽 Higiene como autocuidado

Más allá de la salud física, atender estos detalles es también una forma de autocuidado. Te conecta con tu cuerpo, te invita a frenar y a ponerte en primer lugar. La limpieza personal va más allá de lo superficial: es un reflejo del vínculo que tenés con vos.

📎 Dato MIC

El 80% de las infecciones comunes se transmiten por contacto con superficies y manos contaminadas. Mantener una higiene integral (no solo visible) es clave para prevenir enfermedades respiratorias, digestivas y de la piel.

Empezá por pequeños gestos diarios. Tu cuerpo lo siente, tu mente lo agradece.