Una de las ideas más extendidas sobre la meditación (y el bienestar mental en general) es que deberíamos “vaciar la mente”. Como si el objetivo fuera apagar todos los pensamientos y alcanzar un silencio mental absoluto. Pero la verdad es otra: tu mente no tiene que estar en blanco. Y está bien.
🌀 El mito de la mente vacía
- No es realista: La mente humana piensa. Es lo que hace. Esperar que deje de hacerlo es como pedirle al corazón que deje de latir.
- No es necesario: El objetivo de muchas prácticas de conciencia no es silenciar los pensamientos, sino cambiar la forma en que te relacionás con ellos.
- No es señal de fracaso: Si estás meditando o intentando relajarte y aparecen pensamientos, eso no significa que lo estás haciendo mal.
🧘 Qué podés hacer en lugar de “vaciar la mente”
- 1. Observar sin engancharte: En vez de pelear con los pensamientos, simplemente notalos y dejalos pasar como si fueran nubes.
- 2. Enfocarte en el cuerpo: Traé tu atención a la respiración, al contacto con la silla, a los sonidos. Eso te ancla al presente.
- 3. Etiquetar suavemente: Si un pensamiento aparece, podés nombrarlo: “planificación”, “recuerdo”, “ansiedad”. Y después soltarlo.
🌿 Meditar con pensamientos también es meditar
- Es natural: Las distracciones mentales son parte del proceso. Lo importante es cómo volvés al presente.
- Es útil: Observar tus pensamientos te permite conocerte mejor, sin juicio.
- Es liberador: No necesitás ser perfecto ni “lograr” algo. Estar ahí ya es suficiente.
DATO MIC 💡
Una práctica de meditación con pensamientos presentes, bien llevada, puede ser tan beneficiosa como una con momentos de silencio. No busques vaciar tu mente: buscá habitarla con amabilidad.
Una práctica de meditación con pensamientos presentes, bien llevada, puede ser tan beneficiosa como una con momentos de silencio. No busques vaciar tu mente: buscá habitarla con amabilidad.